Nota de prensa seminario nutriscore

ALCYTA ORGANIZA EL SEMINARIO TÉCNICO: APLICACIÓN DE NUTRISCORE

¿EL ETIQUETADO FRONTAL MÁS ACORDE A LAS NECESIDADES DEL CONSUMIDOR Y DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA?

Con el anuncio del Ministerio de Consumo en 2020 de que el sistema de etiquetado frontal nutricional Nutriscore entrará en vigor el primer cuatrimestre de 2021, se hacía necesario el aclarar y debatir los aspectos legales, técnicos y prácticos de este etiquetado para los Científicos y Tecnólogos de Alimentos y profesionales de la salud. Sensible a esta necesidad, ALCYTA (Asociación Española de Licenciados, Doctores y Graduados en Ciencia y Tecnología de los Alimentos) organizó el pasado 11 de diciembre el Seminario Técnico “Aplicación del Nutriscore”.

La finalidad de este etiquetado es facilitar al consumidor la selección de alimentos en base a su perfil nutricional (nutrientes clave) con un sistema sencillo de identificación por colores (5 colores del verde al naranja oscuro), que se engloba dentro de las políticas europeas dirigidas a erradicar las enfermedades no transmisibles (en particular la obesidad) que está catalogada como epidemia en países desarrollados. En base a la necesidad de crear una concienciación social para que el consumidor desarrolle una alimentación completa y equilibrada, en el reglamento UE 1196/2011 ya se establece que el etiquetado nutricional debe ser obligatorio. En el artículo 35 del citado reglamento se mencionó la posibilidad de facilitar más información nutricional que permitiría facilitar la interpretación de la información existente en las tablas de composición presentes en el etiquetado nutricional. En el año 2018 surgieron diversos debates en torno a un nuevo etiquetado frontal nutricional de carácter voluntario que ofreciera información nutricional de forma simplificada (FOP) acorde a las recomendaciones nutricionales generales aceptadas. Nutriscore es el FOP elegido por los organismos gubernamentales españoles.

El seminario se dividió en tres partes: el estado actual de la norma, el proceso de puesta en marcha y la valoración al respecto en los organismos locales (Agustín Palma (AESAN) y Pedro González (Ayuntamiento de Madrid), el funcionamiento del algoritmo que evalúa cada alimento (Celia Cabañas (Silliker)) y la adaptación-aplicación-visión de algunas de las organizaciones alimentarias implicadas: las grandes superficies (Maria Martínez (ASEDAS)), y empresas-sectores agroalimentarias propiamente dichas: Isabel Perez (DANONE), Rafael Urrialde (especialista del sector), Estefanía Hidalgo (HIDA) y Javier Sánchez (CSIC). Más de 1000 inscripciones, mayoritariamente profesionales del sector, son testimonio del interés suscitado.

De todas las participaciones se entresacan las siguientes conclusiones:

  1. El etiquetado frontal no está armonizado a nivel europeo existiendo diferentes metodologías de cálculo en función de cada país.
  2. La aplicación del Nustriscore, a fecha de hoy, es voluntaria por parte de las empresas, aunque parece claro que su uso es un elemento diferencial de la competitividad e información de los consumidores.
  3. El etiquetado Nutriscore nació con el ánimo de comparar alimentos procesados de la misma categoría o con alimentos de otras categorías que puedan suponer una alternativa.
  4. El consumo de alimentos frescos, que no presentan este etiquetado debe ser la base de nuestra alimentación. Nutriscore sólo es aplicable en alimentos procesados.
  5. Se estima la publicación del Real Decreto sobre Nutriscore a lo largo del 2021.
  6. La categorización de alimentos con Nutriscore establece diferentes colores (desde el verde al naranja) con las letras desde la A, más favorable para la salud, y “saludable” a la E menos “saludable”.
  7. A la hora de su aplicación comparativamente entre alimentos, ésta se debe realizar dentro de las mismas categorías comerciales de alimentos.
  8. Nutriscore no pretende un debate entre alimentos malos y buenos. La cesta de la compra no puede estar formada enteramente por alimentos con una etiqueta verde. No debemos simplificar la selección a un color determinado, para ello existe una pirámide de la alimentación bien reconocida en la que se establece la frecuencia de consumo de los alimentos.
  9. Las empresas tienen entre sus retos el trabajar en la reformulación de los alimentos procesados, si lo consideran necesario, para que mejore la posición dentro de la escala Nutriscore.
  10. El consumidor debe estar bien informado y deben realizarse campañas informativas previas a la implantación para que se interprete adecuadamente.
  11. Las empresas de distribución con marca propia, si implantan este etiquetado, deben hacerlo en toda la familia de productos.
  12. Para el cálculo Nutriscore los productos se dividen en 4 categorías, quesos, bebidas, productos sólidos/líquidos. La puntuación se realiza en función del cálculo de componentes negativos “N” y componentes positivos “P” por cada 100 g de producto. El algoritmo Nutriscore diferencia los componentes negativos: el valor energético (kJ), las grasas saturadas (g), los azucares simples (g) y el sodio (mg). El sumatorio total de puntos “N” será entre 0 y 40 g. Los componentes positivos “P” son frutas, verduras, legumbres y frutos de cascara, y aceite de colza, nueces y oliva (%), fibra alimentaria (g) y proteína (g). El sumatorio de puntos P será entre 0 y 15. Al realizar la diferencia obtenida entre puntos N y P nos dará un valor codificado por un color y letra nutriscore. La ecuación presenta excepciones y correcciones. Para realizar el cálculo:

https://www.santepubliquefrance.fr/media/files/02-determinants-de-sante/nutrition-et-activite-physique/nutri-score/tableur-calcul-nutri-score-en

Para realizar correctamente el cálculo es necesario revisar las reglas de uso y las correcciones-excepciones:

https://www.santepubliquefrance.fr/media/files/02-determinants-de-sante/nutrition-et-activite-physique/nutri-score/reglement

  1. El sistema contempla posibles sanciones por un uso indebido de Nutriscore.
  2. Las aguas minerales naturales no llevan etiquetado nutricional al no tener valor nutricional y por tanto tampoco etiquetado Nutriscore; pero si existen aguas con una elevada composición en sodio y están exceptuadas.
  3. Las bebidas que superen el 1,2 % de alcohol no llevan etiquetado nutricional y por tanto tampoco el FOP Nutriscore.
  4. La selección de aceites en el punto de venta podría ser sesgada acompañada por un menor precio y la misma categorización Nutriscore, independientemente de que procedan de semillas o de oliva.
  5. Diversas propiedades saludables de los alimentos presentadas en el etiquetado general (rico en…, fuente de…) pueden entrar en conflicto con un etiquetado Nutriscore negativo.
  6. Las bebidas vegetales se han contemplado como alimentos no como bebidas lo que conlleva una categorización distinta en el algoritmo.
  7. El etiquetado Nutriscore no tiene en cuenta los hidratos complejos, ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9, la calidad biológica de las proteínas, minerales, vitaminas y compuestos bioactivos, no pudiéndose hablar de valoración nutricional integral.
  8. La leche no se ha separado de otras bebidas lácteas, pudiendo tener la misma clasificación, la leche propiamente dicha, en comparación con otras leches de diferente origen que conllevan un mayor procesamiento para su obtención.
  9. El aceite de oliva tiene una categorización C aunque presenta unas propiedades nutricionales inherentes reconocidas mundialmente. La puntuación se ve penalizada por el contenido calórico y el porcentaje de ácidos grasos saturados, independientemente de que sean refinados o no. Esta categorización conlleva la misma puntuación en comparación con otros aceites.
  10. Se han realizado estudios de consumidores para evaluar la comprensión de Nutriscore pero no se han realizado estudios similares sobre el algoritmo en sí.
  11. Se presentan propuestas para sacar de este etiquetado al aceite de oliva virgen, pero podría sesgar la decisión del consumidor al observar otros aceites que si llevan este etiquetado.
  12. El sistema está basado en las guías alimentarias francesas, origen de Nutriscore, pero no a las guías españolas, hecho por el cual existen ciertos problemas a la hora de implantar este etiquetado en determinados sectores. Se comenta la posibilidad de que existiera un etiquetado frontal en el que se valoren todas las excepciones en función del país, seleccionar otro FOP armonizado o un algoritmo propio español. La toma de decisiones en la fecha actual es colegiada junto con los organismos franceses creadores de este FOP.
  13. El titulado en Ciencia y Tecnología de alimentos debe ser un elemento importante en la educación nutricional necesario para trasladar y enseñar a interpretar que información disponemos de cualquier etiquetado de cara a seleccionar con total confianza y transparencia alimentos para alcanzar una alimentación completa y equilibrada.

Como vemos es un tema no cerrado y ni exento de debate, donde las empresas deben apoyarse en los Científicos y Tecnólogos de alimentos a la hora de la toma de decisiones y mejorar la formulación de los alimentos procesados. Para poder acceder al evento completo en diferido puede dirigirse a: https://www.youtube.com/watch?v=HnmJhd4NhEs

 Gaspar Ros. Catedrático de Nutrición y Bromatología. Universidad de Murcia. gros@um.es. Moderador del evento

Ignacio Sánchez. Presidente ALCYTA. secretaria@alcyta.com